Reducir las emisiones contaminantes es, desde hace tiempo, uno de los principales objetivos de los gobiernos de la UE. Como informa un artículo de la UE, la Ley Europea del Clima «eleva el objetivo de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030 (desde el 40 % actual) y hace jurídicamente vinculante la neutralidad climática para 2050».
Optar por soluciones y tecnologías menos contaminantes y más respetuosas con el medio ambiente afecta a casi todos los sectores de nuestra actividad, desde la vida privada (pensemos en los coches eléctricos, la reducción del consumo de plástico o la recogida selectiva de residuos) hasta el trabajo. Y uno de los sectores más afectados es, sin duda, la agricultura.
En los últimos años, el fenómeno de la agricultura ecológica está ganando terreno. Se trata de una opción y un tipo de enfoque que se consideran saludables, no solo para el medio ambiente (menos contaminación y explotación del suelo y los recursos hídricos), sino también para los seres humanos, ya que se procura utilizar únicamente sustancias que se encuentran en la naturaleza. El uso de organismos genéticamente modificados también está prohibido en la agricultura ecológica.
Según informa PrimaBergamo, «en Europa, los países más avanzados en este sector son Austria (con más de una cuarta parte de la superficie agrícola dedicada al cultivo ecológico), Estonia, Suecia y la República Checa, pero también en nuestro país el crecimiento de la agricultura ecológica ha sido importante. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer y es necesario un compromiso firme por parte del Gobierno para incentivar este tipo de agricultura y adquirir la maquinaria y las técnicas adecuadas para llevarla a cabo de forma eficaz.
Pero, ante todo...
Citamos textualmente las palabras de la Unión Europea:
«La agricultura ecológica es un método agrícola destinado a producir alimentos con sustancias y procesos naturales. Esto significa que tiende a tener un impacto medioambiental limitado, ya que fomenta el uso responsable de la energía y los recursos naturales.
utiliza la energía y los recursos naturales de forma responsable.
Además, las normas de la agricultura ecológica promueven el bienestar animal y exigen a los agricultores que satisfagan las necesidades específicas de comportamiento de los animales."
En esencia, este tipo de enfoque agrícola pretende producir alimentos y recursos utilizando, en la medida de lo posible, procesos y sustancias naturales, así como elementos con escaso o nulo impacto ambiental.
Así, no se utilizan fertilizantes, herbicidas, pesticidas ni insecticidas de origen químico, y se procura reducir el uso de materiales contaminantes y de plásticos y derivados del petróleo.
Cada vez más consumidores buscan productos trazables y verificados que tengan un bajo impacto medioambiental y combinen bondad, sostenibilidad y salubridad. Por tanto, no se puede descuidar la apuesta por el modelo ecológico. Aunque ciertamente no siempre es fácil, para el agricultor que decide dedicarse a este enfoque, disponer de los recursos necesarios para un cambio tan radical. Se necesitan incentivos y las soluciones tecnológicas adecuadas.
El desarrollo y la difusión de este tipo de agricultura dependen, obviamente, de la oferta tecnológica de maquinaria cada vez más eficiente y avanzada, que respete los principios de reducción de emisiones de CO2, de contaminación y de residuos cero.
Hablamos, por ejemplo, de cosechadoras, tractores de orugas, maquinaria para henificar... medios cada vez más sofisticados, asociados a sistemas de agricultura inteligente, que permiten una gestión más eficiente y menos residuos. En este sentido, como también comentábamos en un artículo reciente, se encuentra el correcto mantenimiento y gestión de los recursos hídricos de las propias tierras. Aquí es donde las zanjadoras también pueden desempeñar un papel muy importante.
Además, la mecanización actual y futura de la maquinaria agrícola es mucho menos contaminante que en el pasado: los motores endotérmicos de bajo consumo, la maquinaria eléctrica y las soluciones híbridas permiten reducir las emisiones de dióxido de carbono y otras sustancias nocivas. Otra pieza de maquinaria cada vez más utilizada es la desbrozadora, ya que desbrozar las malas hierbas es la única práctica permitida en el cultivo ecológico para reducir su invasión.
Otra técnica fundamental para diversos cultivos, con un impacto ambiental muy bajo, es el acolchado. Hasta la fecha es uno de los métodos pasivos más funcionales y ecológicos para controlar las malas hierbas y la evaporación del agua del suelo, mantener el cultivo limpio y sano, y regular la temperatura, la humedad, la estructura del suelo y la actividad microbiana.
Y Cosmeco tiene las soluciones adecuadas.
Las acolchadoras Cosmeco son equipos de última generación, sencillos y mecánicamente simples, pero muy eficaces para cubrir el suelo cultivado con rapidez y precisión.
Pueden utilizarse en agricultura ecológica porque permiten cubrir el suelo incluso con las lonas y películas más modernas, como las biodegradables o las fabricadas con tejidos agrotextiles de fibra TNT. La solución ideal para la agricultura moderna que busca la sostenibilidad de sus procesos, manteniendo la eficiencia y la productividad.
Si necesita más información sobre trituradoras, acolchadoras y otras máquinas desarrolladas por Cosmeco que pueden utilizarse en procesos de agricultura ecológica, póngase en contacto con nosotros rellenando el formulario de la sección de contacto. ¡Le responderemos lo antes posible!
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